¡Admítelo! Todos alguna vez hemos comprado algo en oferta y que verdaderamente no necesitábamos. ''Es que estaba muy barato'', ''es que no sabía cuánto iba a durar la oferta'', son algunas de las excusas que solemos decir, pero es que ya sea en línea o en una tienda física, nuestro cerebro es muy susceptible a las ofertas.
Esta acción de tomar decisiones sin pensarlo realmente es parte del funcionamiento del cerebro, pues actuar rápidamente nos ha ayudado a sobrevivir a lo largo de nuestra evolución.
La mayor parte del tiempo decidimos de manera rápida, automática, de manera instintiva, a veces inconscientemente e influenciados por el contexto. Y precisamente, las tiendas son especialistas en aprovechar estos momentos de impulsividad para conseguir aumentar sus ventas.
Cuando a un consumidor se le ofrece un descuento, en su mente se presentan dos ideas: la atracción que supone no gastar tanto dinero y la capacidad de comprar un producto barato que nos podría salir caro en otra circunstancia.
Los psicólogos llaman a este fenómeno ‘teoría de la atribución’, que explica cómo los individuos perciben y encuentran una explicación concreta para determinados acontecimientos, como pueden ser unas rebajas.
Incluso, cuando los consumidores atribuyen un descuento a una ocasión especial, como el ya tradicional ''Buen Fin'' en México, es más probable que acaben comprando. Es por eso que una misma situación puede entenderse como un descuento sin sentido o como una oportunidad que no hay que dejar escapar.
Las imágenes, y en particular, los colores, tienen una gran eficacia a la hora de transmitir información que nos resulta fácil de identificar. Sin que seamos conscientes, los colores nos pueden influenciar, o incluso distorsionar, la manera en la que percibimos la realidad, como lo es el color rojo llamativo de las etiquetas de rebajas.
Al final de cuentas queda en nosotros combatir ese impulso y saber en qué realmente vale la pena gastar y en qué no.