Desde niños nos han enseñado que no tenemos que hablar con extraños, pero un nuevo estudio ha descubierto que las personas disfrutan más charlando, sobretodo de temas profundos, con personas desconocidas que con alguien de confianza.
Los seres humanos somos sociables por naturaleza, necesitamos crear conexiones y contar nuestras vivencias para sentirnos mejor, y aunque normalmente elijamos a alguien cercano para desahogarnos, parece ser que la mayoría de personas se desenvuelve mejor con gente que no conoce.
Un nuevo estudio pidió a un grupo de personas, principalmente extraños, que tuvieran conversaciones profundas y también superficiales. Estas preguntas eran temas típicos como ''¿Qué tal el clima que hace hoy?'', hasta preguntas más personales como ''¿Cuándo y por qué fue la última vez que lloraste enfrente de una persona?''.
Aunque parezca raro, los investigadores encontraron que, en general, se produjo una mayor conexión y disfrute entre los sujetos que no se conocían de nada, pero esta satisfacción crecía aún más durante las conversaciones profundas.
Los participantes esperaban encontrarse mejor con la charla superficial, pero cambiaron de idea después de probar las dos opciones. Esto se debe a que en un principio pensaban que revelar algo significativo o importante sobre ellos mismos en la conversación produciría silencios incómodos, pero descubrieron que no era así al tener una conversación real.
Los autores indican que los seres humanos tienden a corresponder a sus interlocutores en la conversación: si compartes algo significativo e importante, es probable que obtengas algo significativo e importante a cambio, lo que lleva a una conversación considerablemente mejor.
Si bien, esto no significa que nos pongamos a hablar con todo el que veamos en la calle, el tratar asuntos personales con otras personas es importante para nuestro crecimiento personal, además, de esta forma, podemos lograr interacciones más agradables en nuestras conversaciones, incluso con personas poco conocidas.