El sándwich es uno de los platillos más versátiles y rápidos de preparar, siendo popular en cualquier cocina del mundo y adaptándose a las diversas culturas.
Sin embargo, aunque actualmente sea una comida que cualquiera puede preparar, el sándwich tiene su origen en la realeza.
Fue en el siglo XVIII cuando John Montagu, el cuarto conde de Sandwich, Inglaterra, ordenó que le sirvieran un trozo de carne entre dos rebanadas de pan mientras estaba jugando una partida de cartas.
Este platillo le permitió disfrutar de su comida sin ensuciarse las manos ni perder el ritmo de su juego, por lo que llamó la atención de todos las personas que se encontraban jugando con él.
Aunque la idea de colocar carne en medio de dos panes no era algo nuevo, el estatus de Montagu hizo que se popularizara, por lo que se bautizó al platillo como "sándwich", haciendo referencia al lugar de donde era conde Montagu.
Lo que comenzó como una solución práctica para no interrumpir un juego de cartas, se transformó en una tendencia que trascendió fronteras y generaciones, hasta convertirse en lo que hoy conocemos como el sándwich.
Con el tiempo, este platillo se convirtió en un elemento básico en la dieta de muchas personas, adaptándose a diferentes culturas y gustos, desde los sencillos sándwiches de queso y jamón hasta las más sofisticadas combinaciones gourmet.
A lo largo de los siglos, el sándwich ha sabido mantenerse relevante, reinventándose constantemente y adaptándose a los nuevos tiempos.
Sin duda, lo que comenzó como un capricho de un noble inglés se ha consolidado como una tradición culinaria que se hace presente en las casas de todo el mundo.