Una de las principales señales de sueño es cuando sentimos nuestros párpados cansados, algo que nos obliga a cerrar los ojos sin importar dónde nos encontremos. Pero, ¿Por qué debemos cerrar los ojos para dormir?
De primeras, el cerrar los ojos ayuda principalmente para tapar el paso de luz exterior. Sin embargo, por mucho que cerremos los ojos sigue llegando algo de luz, pero es el núcleo supraquiasmático, ubicado en el cerebro, que se encarga de controlar los ritmos circadianos.
Cuando se detecta mucha luz, especialmente si es azul, se inhibe la síntesis de melatonina, de manera que se promueve la vigilia. En cambio, cuando llega poca luz, se secreta más melatonina, impulsando mecanismos asociados al sueño, como el propio peso de los párpados.
Mejor preservasión del ojo
Si hay un exceso de luz a la hora de dormir, por el motivo que sea, podría inhibirse la síntesis de melatonina, impidiéndonos el descanso. Por eso, los párpados cerrados limitan el paso de esa luz hacia la retina y, con ello, controlan la síntesis de la hormona del sueño.
Otras de las razones por la cual cerramos los ojos, es que cuando dormimos no somos conscientes de los posibles peligros que se acercan, y al no poder proteger nuestros ojos, como mecanismo de defensa optamos por cerrarlos.
Esta acción también facilita que la capa externa blanca del ojo, llamada esclerótica, y la córnea se mantengan hidratadas, pues se retienen más fácilmente las lágrimas, teniendo así un mejor funcionamiento del ojo al mantenerse lubricado.