El desorden puede tener un impacto negativo en nuestra vida, mucho más grande del que se piensa. Según diversos estudios, vivir en un entorno desorganizado o desordenado puede generar problemas de memoria, malos hábitos alimentarios, diversos trastornos del estado de ánimo y un menor control de los impulsos.
Incluso, tener un espacio desordenado puede provocar trastorno crónicos de ansiedad en algunas personas, disminuyendo la sensación de bienestar, felicidad y la seguridad que una persona obtiene de estar en sus espacios personsales.
En parte, esto se debe a que muchos de nosotros reconocemos que nuestras casas pueden estar desordenadas porque nos sentimos abrumados y desorganizados mentalmente.
La desorganización también puede disminuir la capacidad de concentración y de toma de decisiones, pues trabajar en un entorno desorganizado puede provocar rápidamente una sensación de agotamiento.
Es por esto que expertos en la salud mental apuntan que los problemas de salud mental derivados del desorden pueden mejorarse simplemente organizándose. Ordenar y organizar los diversos aspectosd e neustra vida puede mejorar la productividad en el trabajo y mejorar mucho la calidad de vida.
Espacios limpios, mejor salud
Se ha descubierto que los hogares ordenados también son un factor favorable de la salud física. Aquellos cuyas casas están más limpias son más activos y, en general, tienen mejor salud física debido a que también tienen un mejor control en su dieta.
Aunque muchas personas desean comenzar a ser más ordenados, es fácil sentirse abrumado por no saber por dónde comenzar. Es por eso que se recomienda empezar poco a poco, si queremos limpiar un closet o armario, podemos empezar por un solo cajón, una estantería o una parte en concreto.
La organización del desorden requiere toma de decisiones, regulación de las emociones, priorización y paciencia, pero como todo, es un proceso que se puede aprender y mejorar con la práctica.