El tiempo se ha vuelto uno de los recursos más importantes en los últimos años. Con el ajetreado estilo de vida que tenemos, muchas personas comienzan a pensar que el día no dura nada, como si el reloj estuviera correteandonos constantemente para apurarnos.
Sin embargo, expertos afirman que hoy en día tenemos más tiempo libre del que tenían nuestros antepasados pero aún así vivimos más agobiados, pues somos victimas del ''virus de la velocidad'': todos queremos ser productivos de manera apurada, sin tener descanso para no perder el tiempo.
Metabolismo y tiempo
Nuestra percepción del tiempo está relacionada con el metabolismo. Para las moscas los minutos pasan lentísimo, mientras que para los elefantes los días duran un suspiro. Para los humanos, mientras más envejecemos el tiempo empieza a pasar más rápido porque nuestro propio metabolismo se ralentiza.
Aún con esto, existen alguna estrategias psicologicas que nos permiten ''parar el tiempo'', pues al realizar actividades que nos generen dopamina podemos alterar nuestra percepción del tiempo y sentir que pasa más lento.
Seguir aprendiendo cosas nuevas, visitar lugares en los que no hemos estado, conocer a personas por primera vez, o abrirnos a la sorpresa y la espontaneidad, permiten que nuestra percepción del tiempo se modifique.
Aunque obviamente no haran que el tiempo se pare totalmente, estas actividades ayudan a ampliar nuestra percepción de la temporalidad y, de esa forma, podremos limitar el impacto del estrés en nuestro día a día.